Necesito tu risa.
Me urge que incite a la mía,
la que se esconde tras la frágil cortina
que separan los miedos de la esperanza.
Quizás, hasta me conforme en tu sonrisa,
la que desata mi ternura, lo que preciso hoy.
Hace un encaje tan bonito con la mía
que deshará la inquietud que me asalta.
Porque, lo sabes ¿verdad?
No tengo que decirte
que, con tu risa en mi boca,
nada temo. Nada.
Soldevillaa
Nada
temo
con
tu
sonrisa
en
mi
boca.
